Si mil kilómetros son los que nos separan, que sean dos mil los que nos unan.
Que los suspiros se conviertan en besos y la ansiedad en ganas, que cada kilómetro se convierta en metros y cada metro en nada.
Que cada duda se disipé con un abrazo y que con cada deseo se dibujen las caras de la realidad.
Que las barreras que nos separen sean nuestra ropa y el aire, y que el aire sea el testigo de lo invisible pero palpable.
Que nuestra historia sea una hazaña memorable y que los recuerdos sean el umbral de cada sueño.
Que cada vez que atormente el sinsabor de sucesos, se extinga con la frescura de los nuevos momentos.